En nuestro programa del pasado jueves 24 de septiembre desenterramos de La Bóveda del olvido el gran único álbum de Miguel Abuelo Et Nada, el autotitulado Miguel Abuelo Et Nada de 1975.
Se trata de un álbum peculiar no sólo por su estilo, sino por la historia que lo envuelve. Miguel Abuelo se había ido de Argentina tras una primera y psicodélica experiencia al frente de Los Abuelos De La Nada y había caído en Francia después de recalar en España. Allí conoció al excéntrico productor musical israelí Moshe Naïm quien, cautivado por la hipnótica figura de Miguel, le prometió de todo: discos, giras, etc. Es en este marco que Miguel empieza a grabar un álbum al que se van sumando, como trashumantes, amigos suyos; generalmente sudamericanos en el exilio. Es uno de ellos, el prolijo guitarrista de hard rock Daniel Sbarra, quien hará una contribución clave al estilo de Abuelo, tan clave que es así como nace una nueva banda.La bautizaron Nada y la integraban, además de Miguel y Sbarra, músicos chilenos (la base rítmica de Pinfo Garrigo en bajo y Diego Rodríguez en batería, la quena de Juan Dalera, el cello de Carlos Beyris) y argentinos (los tecladistas Edgardo Cantón y Gustavo Kerestesachi) que generaron una comunión extraña: en algún lugar entre la poesía y la mente de Miguel -psicodélicas a rabiar- la guitarra de Daniel -zeppelineana, de Deep Purple- y la base rítmica plagada de latinoamericanismos nació una unión muy particular que le dio a canciones como "Recala Sabido Forastero" (que cerró nuestro informe del #15) o "Tirando Piedras Al Río" (que también escuchamos) una sonoridad particular y única.
Sin embargo -y pese a logradas piezas como la reversión de "Pipo La Serpiente" "Estoy Aquí Parado, Sentado Y Acostado" que también escuchamos el pasado jueves- la banda se disolvió rápidamente tras una fallida gira y un disco que, para el año en que se habían separado, aún no se había editado. Miguel Abuelo Et Nada salió recién en 1975 y también fracasó, convirtiéndose únicamente en una pieza de coleccionista ansiada aún hoy.
Por eso es que lo rescatamos de La Bóveda. Porque se nos ocurren pocos álbumes con un destino más injusto que éste.
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