1.7.09

#07 - 25.06.09: La Bóveda

La Bóveda de Contra Todos Los Males De Este Mundo se abrió el pasado jueves 25 de julio para liberar el segundo álbum de los británicos Quintessence. Editado en 1970, lleva como título el nombre del grupo: Quintessence.

Como dijimos en nuestro #7, Quintessence era nada más y nada menos que la primera aventura musical de Ronald Rothfield quien, convertido al budismo, había adoptado el nombre de Raja Ram y -tras estudios intensivos de varios instrumentos, entre ellos la flauta- se había radicado en Londres con la intención de comenzar una banda con varios músicos también hinduistas. El resultante de esta unión (y fundamentalmente de la cohesión entre Ram y el cantante australiano Shiva Shankar Jones) fue Quintessence, un grupo concebido como vehículo de profesión de fe que reunía elementos de música hindú con rock progresivo y, a caballo de esto, se proponía dar shows intensos que condujeran a la audiencia a estados casi oníricos.

Logrado este objetivo, fueron mirados casi instantáneamente por las disqueras ya que se habían convertido en un fenómeno underground y firmaron, finalmente, con Island Records. Allí editan primero el buen volumen In Blissful Company (1969) y, un año después, Quintessence. Fue este disco el que les dio su mayor éxito ya que supo reunir una dosis inusitada de talento compositivo e instrumental con una espiritualidad feliz y contagiosa. Así lo demuestra la canción con que cerramos nuestro análisis, "Only Love", un manifiesto pro-amor que va llevando a esa hipnosis propuesta por Quintessence mediante un sugestivo crescendo.

Este álbum demuestra como ningún otro que hayan grabado toda la potencialidad de Quintessence como grupo de rock además de vehículo de fe. Cada una de sus canciones es una amalgama de ambos sentidos (escuchen si no canciones que pasamos en nuestro informe como "Jesus, Buddha, Moses, Gauranga" o "High On Mt. Kailash") que consigue un efecto de contagio casi inmediato con quien escucha.

Lamentablemente Quintessence fue condenada al olvido por el Olimpo del rock, tan injusto como arbitrario. Por eso es que nosotros aquí en Contra Todos Los Males De Este Mundo decidimos abrir La Bóveda para desenterrar esta maravilla y, al menos, grabarla en sus memorias.

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